Monday, October 09, 2006

El accidente… ¡Lotería!


Medio día me pasé en el ColSon pensando en una analogía útil para hablarles acerca de mi tema de tesis. Ya un poco desesperado por terminar con el asunto, recurrí a la Internet y le planteé a Google.com una frase para completar que decía algo así: “Los accidentes son como…”. Fueron pocos los resultados y de principio ninguno llamó mi atención; sin embargo, al volver a mi casa y sentarme durante unos minutos a meditar frente a la computadora, reconsideré la situación.

Uno de los resultados de la búsqueda completaba la frase de la siguiente manera: “Los accidentes son como la lotería”. De principio descarté la respuesta, pero creo que en parte, sólo en parte tiene aplicación. De acuerdo al Informe Mundial sobre Prevención de los Traumatismos Causados por el Tráfico (OPS, 2004), históricamente los accidentes eran vistos como hechos fortuitos que le suceden al “otro”. Esta forma de concebir los accidentes es el motivo por el cual el trato que se le dio a estos sucesos por parte de la salud pública se caracterizó por la indiferencia.

En la actualidad, en muchos campos científicos y disciplinarios la perspectiva ha cambiado, de tal forma que algunos, en vez de accidentes, prefieren adoptar el término “colisiones” o “choques” y se afirma que estos tienen el carácter de prevenibles. Sin embargo, para el caso de muchos transeúntes, con nuestras prácticas viales parece que intentamos atinarle al premio mayor. Y con “intentamos” quiero decir que aún la lotería, un ejercicio de azar por excelencia, requiere por principio la iniciativa del ganador para comprar su billete.

Sin duda, los accidentes de tráfico desde una perspectiva epidemiológica e incluso sociológica, se pueden analizar a nivel poblacional en términos de probabilidades. No obstante, nosotros los transeúntes podemos contribuir con nuestras conductas y así cambiar los pronósticos. No usar el cinturón, descuidos mecánicos, negligencias, transitar a alta velocidad, no respetar las señales de tránsito, conducir en estado de ebriedad… Cada comportamiento riesgoso implica comprar un número más que aumenta nuestras probabilidades en el sorteo. Incluso en ocasiones nos subimos varios a circular en un automóvil y después de unos alcoholes y sin conductor designado nos jugamos la vaquita.

Por otro lado, la diferencia esencial entre un accidente de tráfico y la lotería es la probabilidad misma. Volviendo al Informe, éste dice que el riesgo de participar en un choque no se pueden valorar sólo para un trayecto individual; son muchas las veces que nos trasladamos por año, mes, semana y hasta por día. En cambio, el “riesgo” de sacarse la lotería no lo enfrentamos a diario y las probabilidades se dividen entre muchos más. En otras palabras, es muy improbable que le atinemos al premio mayor, en cambio, si seguimos con nuestras conductas viales riesgosas, si acaso no gritamos ¡lotería!, por lo menos haremos chorro, centro o cuatro esquinas.

Bibliografía:
Organización Panamericana de la Salud. 2004. Informe mundial sobre prevención de los traumatismos causados por el tráfico. Whashington, D.C: OPS.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Espero no decir muy seguido, cuatro esquinas, chorro y mucho menos loteria!!!
Esta padre tu blog y tus reflexiones son interesantes, me gusto como planteas las cosas y tu estilo narrativo es el reflejo de tu personalidad.
MIRVA

12:15 PM  

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